
Queremos compartir con ustedes el diseño que el Padre nos ha dado para
cada curso en este precioso plantío. Nos regocijamos en la guía del Espíritu,
que manifiesta su amor por nuestros niños y jóvenes. En esta información, encontrarás
el nombre, la edad correspondiente, y una breve descripción del nivel de tu hijo,
junto con el significado del manto que lo cubre. Confiando en que el Señor nos
lleva hacia nuevas alturas en el Plantío de Jehová, los invitamos a unirse a este cambio
y ascender juntos con nuestros pequeños reyes y sacerdotes.
Benjamín
Benjamín (hijo de la diestra) se refiere a la derecha como símbolo de fuerza o virtud, y también puede significar «hijo de la felicidad». Es el menor de los 12 hijos de Jacob, quien tuvo a José y a Benjamín con Raquel. Aunque su madre, antes de morir, lo llamó Benoni (hijo de la tristeza), su padre lo nombró Benjamín (Génesis 35:16-19). Jacob, antes de morir, bendijo a Benjamín y lo llamó «lobo arrebatador» (Génesis 49:27). José amaba profundamente a su hermano Benjamín (Génesis 43:20-44:34), quien tuvo numerosos descendientes (Génesis 46:21; Números 26:38-41; 1 Crónicas 7:6-12; 8:1-40).
Declaración profética: Somos levantadas como flores dulces y amorosas para proteger a los niños, pero también somos guerreras poderosas que extraerán fuerzas de su interior para defender a sus bebés. Cuando levantemos la voz por ellos, será escuchada en los cielos por el Padre. Espíritu impetuoso.
Josías
Josías: Su nombre significa “El Señor me apoya” o “El Señor me ha sanado”. Según el relato en 2 Reyes, Josías ascendió al trono a los ocho años tras el asesinato de su padre y gobernó por treinta y un años. Su reinado se caracterizó por prohibir prácticas idólatras y destruir santuarios y objetos de culto en los lugares altos. También es conocido por restaurar el pacto con YHVH y celebrar la Pascua, que no se conmemoraba desde los tiempos del profeta Samuel. Referencias bíblicas: 1 Crónicas 3:15, 2 Crónicas 33-35, y 2 Reyes 13, 21:24, 22, y 23.
Declaración profética: En esta etapa, los niños definen su identidad; son y aprenden. Aquí se establecen las bases para su desarrollo, permitiendo que emerjan los rasgos más fuertes de su carácter espiritual. Es crucial que los maestros reconozcan el diseño divino en cada niño, actuando como columnas para la consolidación de su identidad. Dios les revelará a los maestros el propósito divino en cada uno de los chicos, ayudándoles a entender su verdadero ser.
Timoteo
Timoteo: Su nombre deriva del griego «timáo-theós», que significa “Aquel que siente amor o adoración a Dios”. Timoteo, descrito en el libro de los Hechos como un «discípulo» y «hijo de una mujer judía creyente y de padre griego» (Hechos 16:1), fue un cristiano del siglo I mencionado en varios pasajes del Nuevo Testamento, siempre asociado con Pablo de Tarso. Fue uno de los colaboradores más fieles del Apóstol, participando en sus viajes misioneros y sirviendo como portador de sus mensajes y epístolas. En Filipenses 2:19-22, Pablo expresa su alta estima por él y su fidelidad como servidor del evangelio. Las cartas 1ª y 2ª a Timoteo destacan la dirección y consejo de Pablo hacia él como Pastor y la iglesia del primer siglo.
Declaración profética: En esta etapa, se establece un lazo entre la identidad de los chicos y la iglesia. A través de Timoteo, Dios muestra que todo lo sembrado en los chicos en edades anteriores dará fruto. Se consolida lo que el Señor ha entregado en cada uno de ellos. Se coloca un manto de sabiduría y discernimiento para entender cómo se enlaza y se guía a los «Josías» para que lleguen a ser «Pablo» en estos tiempos y en lo que Dios está haciendo en cada uno.
Pablo
Pablo: Su nombre significa «Pequeño, hombre humilde». Conocido como el gran Apóstol del Nuevo Testamento, se convirtió al cristianismo tras tener una visión de Cristo en su viaje de Jerusalén a Damasco. Pablo enfatiza repetidamente que Dios lo «llamó» al cristianismo y a la evangelización de los gentiles. Realizó tres viajes misioneros acompañado por discípulos como Tito, Timoteo, Silas y Lucas. Sus viajes están narrados en Hechos de los Apóstoles, y su experiencia y obra se reflejan en las 13 epístolas que escribió. Aunque no fue discípulo directo de Jesús, Pablo recibió grandes revelaciones del Señor y realizó la obra misionera más significativa.
Declaración profética: En este nivel, todos los diseños establecidos provienen del tercer cielo. Se declara que las manos de los maestros están ungidas con un aceite especial para asentar y establecer a los jóvenes en el reino del Señor, con una nueva unción para esta generación. Es en este nivel donde los llamados y ministerios de estos jóvenes reverdecerán. Aunque algunos lleguen golpeados o incrédulos, el Señor, a través de la fe de Pablo, levantará estas vidas. Los maestros, con sus corazones y vidas impregnadas de la presencia de Dios, guiarán a los chicos a conocer más de Él, llevándolos a Su presencia y al bautismo en el Espíritu Santo. Aquí es donde los jóvenes afirman su lugar santo en sus vidas y corazones. Se coloca sobre ellos el manto de Pablo: un manto de fuego, poder y la presencia del Señor, que cautivará sus corazones hacia Cristo. El Espíritu Santo llevará a los maestros a nuevas alturas y a experiencias sobrenaturales, guiando a los chicos más allá de lo imaginable.